Voluntarios para el Ensayo Clínico EC Refractaria Tipo II al 1%
El primer ensayo clínico de un fármaco específico para la Enfermedad Celíaca (EC) Refractaria Tipo II ha comenzado en Madrid.
La comunidad científica se encuentra inmersa en el desarrollo y la búsqueda de una variedad de trigo que pueda ser consumida por personas con enfermedad celíaca.
y posiblemente en la avena, está volviéndose cada vez más común en la población, afectando no solo a la infancia sino también a la adolescencia y la vida adulta. Esta enfermedad provoca la atrofia de la mucosa en el intestino delgado, dificultando la correcta asimilación de los nutrientes.
A pesar de ser la forma de sensibilidad al gluten más estudiada, sigue siendo una enfermedad subdiagnosticada debido a la amplia variedad de síntomas que presenta. Según la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE), se estima que aproximadamente el 1% de la población europea la padece, siendo más frecuente en mujeres que en hombres. En España, esta enfermedad crónica intestinal afecta a cerca de 500,000 personas,
Gracias a los avances en la comprensión de la enfermedad y la mejora de las herramientas diagnósticas, se han identificado otras patologías asociadas al gluten en los últimos años, como la alergia al gluten y la sensibilidad no celíaca. Aunque poco común, la alergia al gluten involucra al sistema inmunológico, mientras que la sensibilidad no celíaca, una patología nueva, mejora cuando se evita el consumo de cereales con gluten.
Debido a las mejoras en las técnicas de diagnóstico, entre el 20% y el 50% de los nuevos casos detectados ocurren en personas mayores
de 50 años, desmitificando la creencia de que la enfermedad es típicamente infantil.
Oferta en aumento
Sin embargo, a pesar de los avances en la comprensión de la enfermedad, el tratamiento más efectivo sigue siendo una estricta dieta sin gluten. Hace una década, el desafío para la comunidad científica era proporcionar alimentos sin gluten aptos para los celíacos, ya que la oferta era limitada y costosa.
Afortunadamente, en la actualidad, el catálogo de productos sin gluten ha experimentado un crecimiento significativo para satisfacer las necesidades de estas personas. Se pueden encontrar una amplia
variedad de productos en grandes superficies, comercios especializados, restaurantes con menús para celíacos y pastelerías que ofrecen productos libres de trigo, cebada, centeno y avena.
A pesar de esto, el precio sigue siendo motivo de controversia, ya que el único “medicamento” disponible para los celíacos es adherirse de por vida a una dieta sin gluten. Según un informe de precios de la FACE en 2015, una familia con al menos un miembro celíaco enfrenta un gasto anual medio de 1,500 euros en la compra de alimentos sin gluten, un 288.56% más que una familia sin miembros celíacos. Aunque la oferta de alimentos sin gluten es cada vez mayor, las diferencias de costos entre los productos con y sin gluten siguen siendo significativas.
“Desde FACE, luchamos diariamente para que el precio de los productos sin gluten se equipare al resto. Mantenemos contacto con distintos funcionarios públicos, explicando la situación de nuestro colectivo y solicitando ayudas para la compra de productos libres de gluten”, afirma Luján Soler, gerente de FACE. A pesar de las solicitudes, las ayudas económicas para adquirir productos especiales sin trigo, cebada, centeno y avena siguen siendo limitadas en España, a diferencia de muchos países europeos que otorgan subvenciones.
Dietas equilibradas
Si bien las personas afectadas por esta enfermedad mejoran su salud al evitar el gluten, existe el riesgo de desequilibrios nutricionales. “En las últimas décadas, ha habido avances significativos en el desarrollo de productos sin gluten. El primer gran desafío era obtener productos de calidad similar a los que contienen gluten, por lo que la nutrición no fue el punto crítico”, explica Cristina Molina Rosell, profesora de investigación del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA-CSIC). Sin embargo, destaca que “aunque se puede tener una dieta equilibrada con alimentos sin gluten, no se puede realizar una sustitución directa de productos con gluten y otros sin gluten, pretendiendo obtener el mismo aporte de nutrientes porque la composición es diferente”.
El desafío actual de la comunidad científica se centra en la investigación de fórmulas para elaborar alimentos sin gluten que tengan un perfil nutricional similar a los que contienen gluten, para así evitar posibles carencias. “Los pacientes celíacos a menudo tienen deficiencias de minerales, proteínas y fibras en el momento del diagnóstico, y muchos de ellos permanecen así durante la terapia nutricional sin gluten, lo que requiere replantearse la formulación de estos productos para satisfacer las necesidades nutricionales de los pacientes”, añade Rosell. En este sentido, Rosell lidera actualmente un proyecto que busca enriquecer los productos sin gluten con minerales y vitaminas. Además, otra línea de investigación busca desarrollar un trigo transgénico sin la toxicidad del gluten, adecuado para la panificación y que mantenga sus propiedades organolépticas.
Esperando el milagro
Según la catedrática Isabel Polanco, “hay razones para ser optimista, ya que los investigadores abordan el tema desde diferentes perspectivas, desde degradar los fragmentos de gluten indigeribles hasta vacunar a los pacientes con fragmentos de la proteína del gluten”. Sin embargo, ninguna de estas metodologías ha participado aún en ensayos clínicos.
Hasta el momento, la opción que ha generado más expectativas es la posible creación de una píldora para la enfermedad celíaca. “Estos suplementos no podrían reemplazar totalmente a la dieta sin gluten, pero mejorarían la calidad de vida al proteger contra el gluten oculto en la dieta y permitir la ingesta de pequeñas cantidades en eventos sociales, viajes, etc.”, afirma Polanco.
Ante la falta de alternativas más
allá de la dieta, las empresas Labco Quality Diagnostics y Biomedal ofrecen el único método analítico, a través de las heces, que detecta el consumo de gluten por parte de los pacientes celiacos. Este test,
desarrollado en colaboración con el grupo de la doctora Carolina Sousa, catedrática de la Universidad de Sevilla y vicepresidenta de la Sociedad Española de la Enfermedad Celiaca, permite hacer un seguimiento de la alimentación sin gluten del paciente y detectar posibles casos de incumplimiento de la dieta. “No siempre se trata de la voluntariedad del paciente. Excluir esta proteína de la dieta es necesario pero difícil porque es uno de los ingredientes más comunes”, explica la doctora.
En conclusión, aunque los avances en el conocimiento y tratamiento de la enfermedad celíaca han sido significativos, aún no se ha encontrado una píldora milagrosa que permita a los afectados disfrutar de una dieta normal. Mientras tanto, la comunidad científica sigue explorando diversas vías, desde fórmulas nutricionales mejoradas hasta la investigación de trigo transgénico, con la esperanza de proporcionar a los celíacos opciones más amplias y accesibles. La lucha por la igualdad de precios y las ayudas económicas para aquellos afectados sigue siendo un desafío, pero la conciencia sobre la enfermedad y la oferta de productos sin gluten continúan creciendo, brindando esperanza a una comunidad que espera soluciones más allá de las limitaciones actuales.